miércoles, 19 de septiembre de 2012

http://www.comovotar.com/  El equipo de  amigos Creativos Unes te invita a probar como votar el  7 de octubre de 2012. Midalys

lunes, 17 de septiembre de 2012


Facilitador UNES. Oswaldo Godoy

Sobre los últimos días de Simón Rodríguez.  (Extracto de la obra de Alfonzo Rumazo González, sobre Simón Rodríguez. Editorial Antelux, Caracas, 2011)

“ Los tres viajeros tienen prisa de abandonar el puerto; utilizan, por eso, una miserable balsa: hay que evadir los asedios de Zarraga; hay que pensar en soluciones desde otra parte. “ Sin esperar embarcación a propósito – atestigua Gómez – nos embarcamos en una balsa de sechuras que se hallaban en la vía”. ¡Huyen, como perseguidos, en lo primero que encuentran! “Fuimos arrastrados por corrientes contrarias a causa de un temporal, y sólo  mes y medio pudimos arribar a una caleta de pescadores, que creo  se llamaba Cabo Blanco habiendo sufrido hambre y sed, pues se nos acabaron los víveres y el agua”. ¡ Hasta la naturaleza contra el anciano,  en esa inagotable suma de signos menos que implica el ir a morir! La presencia de lo agónico parecía correlación  necesaria con una vida que había sido permanentemente agónica. Pero, ¡que anillo redondo, cerrado en esa última hora! Los hechos se desenvuelven de manera que las puertas de la muerte parecen ya en acto de apertura tan lenta como fatal, imposible de detenimiento. Cuando estén abiertas de par en par, como brazos para el gran abrazo, el cuerpo de Rodríguez, por primera y única vez, sucumbirá.

El mar, su sol y su viento, sus lunas y celajes pardos; el hambre, la angustia y la sed son montañas encima del viejo caraqueño. “Don Simón se encontraba grave”. Falta un detalle para echar más amargura, más sombra, en ese ir final.  “José (hijo de Simón Rodríguez) se trasbordó a una chata y sin decirnos nada nos dejó abandonados” Huir es traicionar; hacerlo, ante un enfermo grave, es ofender; desaparecer el hijo cuando el padre está frente a la muerte, ¡es ruindad suma!¡Que calidad de hijo tenía el maestro! Valía más, muchísimo más, el amigo, el extraño Gómez, (Gómez era el amigo de José que los acompañaba en ese momento) que ayudó a saltar a tierra al educador vencido.

Unos indígenas pescadores les acogen a los náufragos y les dan albergue en su choza. Permanecen éstos allí tres semanas, sin medicinas, en ambiente de pescado, aguardiente y palabras gruesas, burdas; requeríase lo contrario: silencio, comodidad. Gómez –espíritu del buen samaritano de que hablaba Jesús-  le cuida, soporta, quizás consuela y alienta, aun sabedor de que toda esperanza de supervivencia había muerto ya. “Al fin los indios me dijeron que no podían continuar manteniéndonos, y que Don Simón tenía una enfermedad que podía contagiarlos”. El maestro quejábase de intensos dolores intestinales, que le curaban con aguas de hierbas; no había en ese mal peligro de contagio. La caridad o conmiseración si se prolonga, termina en dureza, hasta en las gentes simples y siempre generosas del pueblo: la dureza del “no más”. ¿Qué hacer? “Logré  convencerlos de que era hombre importante aquel viejo enfermo y que podría reportarles alguna utilidad, si me acompañaban hasta algún pueblo cercano. Accedieron y me llevaron a Amotape, cerca de Paita.

Amotape, un pueblecillo muy pequeño, muy pobre, cercado de tierras amarillentas y de polvo, va a ser el escenario del desenlace para esa vida grande. Quien gobierna ahí despóticamente es el párroco. “Me dirigí a la casa del cura y le impuse  de lo que pasaba. Después de algunas dificultades me proporcionó dos caballos y diez pesos.. Regresé con los indios a Cabo Blanco; hice montar a don Simón y lo conduje a Amotape” . Era el último viaje del cosmopolita, el sin patria, sin familia, sin hogar; americano y nada más que americano. Fuese como Martí a caballo a encontrarse con la muerte, casi retándola.

Asume, en su sencillez sincera, un patetismo creciente el relato de Camilo Gómez: 
“ Al llegar a la entrada del pueblo, vi con gran sorpresa algunos hombres que nos salieron al encuentro y nos detuvieron, diciéndonos que tenían orden del cura para llevarnos a su quinta, que estaba cerca”

¿Caridad suma? ¡Todo lo contrario!
Tomamos ese camino y llegamos a la casa de la quinta, en que no había más que una habitación, con una silla vieja, y en el rincón un poyo de barro en el que acosté a don Simón. Todo el equipaje de don Simón se reducía a dos cajones con libros y manuscritos. El cura no volvió a acordarse de nosotros y nos faltaba todo”.
¿Cese de atenciones, como quien considera que ya cumplió su deber? Habría sido disculpable, perdonable. Regía algo peor: “ignoraba yo la causa de este abandono. Todos los días iba al pueblo a buscar el alimento para don Simón, que era preparado por una señora caritativa. Me dijo entonces ésta que el cura había prohibido la entrada al pueblo de don Simón y prohibido que lo visitaran los habitantes, porque había descubierto que era un hereje. Todo el mundo temía aproximarse a la quinta, y esquivaba hasta tener trato alguno conmigo”.
Poco importaba que el sacerdote pensara como pensaba, presionado por su fanática incomprensión de la religión que representaba; lo inmensamente deplorable, increíble, era que toda una población se sometiera a su criterio. A Amotape no había llegado el espíritu de la independencia; regía allí lo colonial, ¡intacto!¡Solo una mujer contravino las torpes órdenes del párroco!

No recordaba Gómez un episodio del camino de Cabo Blanco a Amotape. Se lo contó Gabriel García Moreno, desde Paita, a su cuñado Roberto Ascázubi: “Acabo de recibir una carta de Panchita Larrea, fecha 11 en La Brea [11 de febrero], por la que he sabido que apareció allí don Simón Rodríguez tan malo con una fuerte inflamación al vientre y en tal estado de debilidad que, a pesar de que ella no le conocía, le detuvo, pues infaliblemente habría muerto en la jornada de siete leguas que tenía que hacer para llegar a Amotape. Ella le está curando, pero me dice que cree difícil el salvarlo por su edad y la grave enfermedad que sufre. Voy a ver si consigo reunir algunos recursos por medio de una suscripción, para remitírselos inmediatamente. ¡Que hubiera sido del pobre viejo, si aquella excelente señora no se hubiese hallado en ese desierto!

Sé hizo la suscripción que produjo tres onzas. “Sé que las han entregado a Panchita Larrea, que está ya en Amotape”, dice García Moreno. Simón Rodríguez va cayendo en el agobio lentamente, en un largo agonizar de desmadejamiento; se marchita, entre lánguidos quejidos; la gran luz ha entrado en crepúsculo, hacia la noche. “La muerte – definirá Vallejo – es un ser sido a la fuerza”

“Aislado y sin medios de asistencia – continúa Gómez - , sufría lenta agonía el enfermo, hasta que las señoras Gómez, hermanas del señor Manuel Gómez de la Torre, que por entonces tomaban baños en La Brea, vinieron a visitarlo, acompañadas de dos padres jesuitas. Don Simón, que estaba acostado, los miró con profunda indiferencia y se volvió del lado contrario, sin dirigirles la palabra”.
El varón recio, ¡recio hasta el fin! ¡El auténtico “palo de hombre” del decir venezolano! No quería testigos de su dolor, ni actos que le fueran impuestos, o por lo menos sugeridos. Las decisiones habrían de emerger de él y no de otros. La vitalidad era, hasta el momento, sólo espiritual; físicamente, “era como de edad de noventa años” escribirá el párroco.

“Pasaron unos días, y me sorprendió una mañana don Simón diciéndome que fuera a llamar al cura. Me dirigí a casa de éste, y fui mal recibido; el cura me contestó que no quería ver a un protestante. Insistí, manifestándole que deseaba confesarse el enfermo. Entonces convino en acompañarme”.
Este cura se llamaba Santiago Sánchez, “Don Santiago Sánchez”.

¿Qué sucedió entonces?
Don Simón tan luego lo vio se incorporó en la cámara, hizo que el cura se acomodara en la única silla que había y comenzó a hablar algo así como una disertación materialista. El cura quedó estupefacto, y apenas tenía  ánimo para pronunciar algunas palabras, tratando de interrumpirlo.
¡Discreta venganza de tipo intelectual, por el cerco de desamparo!
“Era yo muy joven y no comprendía el alcance de lo que decía don Simón; sólo recuerdo que manifestaba al cura que no tenía más religión que la que había jurado en el Monte Sacro con su discípulo: Volviendo hacía mí, díjome que saliera”.
Rodríguez había puesto su personalidad, y personalidad histórica, en su punto exacto, tanto como si con ello marcara señal fija, indeleble y firme en la bóveda infinita de lo intemporal.

Y lo hizo ante un personaje fanático y mediocre, y probablemente ignorante, si creía que el maestro protestante era. Después de ese desahogo viril, pensante, como para siglos, se produjo la confesión: “La confesión fue larga; cuando salió el cura iba más tranquilo y más complacido de lo que estaba al venir”.

Y volvió el silencio amargo al cuartucho donde Rodríguez se extinguía. Así pasó el día todo, sin aceleración de ritmo ni presencia de sobresalto; así siguió la noche, y lo mismo el otro día, 28 de febrero. El día y la noche, tal vez sin tomar conciencia de nada, excepto de los dolores intestinales, crueles, tenaces. ¡Que tremenda prolongación de martirio para el hombre que se va en qué horrible soledad! ¡Ninguna persona se hizo presente, ni por curiosidad! ¡El expósito moría expósito!

A las once de la noche – aquel 28 definitivo- comenzó la agonía; a intervalos exclamaba: ¡Ay, mi alma! – que era su exclamación habitual -. Expiró y permanecí cerca del cadáver hasta la madrugada.
Murió como había vivido, casi sin nadie junto a él, excepto – también en vida- algún amigo leal. Inmensa lealtad de Camilo Gómez; al lado del maestro significó él mucho más que José, el hijo de la carne, el de las alas ruines.

A esa hora, hubo también otra relación que aquí, en la consonancia de actos, volvió a señalar una identificación inextinguible: hasta la agonía misma, el maestro y el discípulo Bolívar marcharon en entendimiento: también  el Libertador, en San Pedro Alejandrino, fue atendido por el cura de Mamatoco.(2011:347)



Docente UNES: Oswaldo Godoy. Libro Recomendado: Espacio de Identidad. Nuevas visiones sobre el currículum. Autor: Tomaz Tadeu da Silva Editorial: Octaedro S.L. Fecha y lugar: 2001, Barcelona.

 ¿Quién escondió el currículum oculto? (Tomado del libro supra mencionado).

 “Aún cuando no sea propiamente una teoría, la noción de currículum oculto ejerció una fuerte y extraña atracción en casi todas las perspectivas críticas sobre el currículum” (2001: 81). De esta manera Tomaz Tadeu da Silva se refiere en su libro Espacio de Identidad, sobre el currículum oculto.
 Las escuelas son las responsables de la socialización de normas y actitudes necesarias para adaptar a las personas a las exigencias del trabajo capitalista. Tadeu da Silva afirma que en el famoso ensayo de Althusser sobre Ideología y los aparatos ideológicos del Estado, ya se sugerían, en cierto modo, la existencia de un currículum oculto. Fue Philip Jackson quien en 1968 en su libro Life in classrooms utiliza por primera vez el concepto que se aproxima a lo que hoy conocemos como currículum oculto. Jackson decía, que en los grandes grupos, la utilización del elogio y del poder que se combinan para dar un sabor distinto a la vida de la clase colectiva, forman un currículum oculto, que cada estudiante debe dominar si quiere tener éxito en la escuela. Luego Robert Dreeben, ratificaba en su libro On what is learned in school, la definición de curriculum oculto, bajo una visión funcionalista, donde las características estructurales de la clase y de la situación de enseñanza más que el contenido explicito, son las que enseñan ciertas cosas, como las relaciones de autoridad, la organización espacial, la distribución del tiempo y los patrones de recompensa y castigo. Para los funcionalistas los comportamientos enseñados a través del currículum oculto eran deseables para el buen funcionamiento de la sociedad. Visto desde una perspectiva del análisis crítico el currículum oculto se considera indeseable, porque representa una distorsión de los objetivos de la educación al moldear a los niños, niñas y jóvenes para adaptarlos a las injustas estructuras de la sociedad capitalista. La escuela enfatiza las relaciones de subordinación en el lugar de trabajo de las clases subordinadas y las clases dominantes en los sistemas de producción capitalistas. Para Tadeu da Silva el currículum oculto está constituido por todos aquellos aspectos del ambiente escolar que sin formar parte del currículum oficial, explicita, a los aprendizajes sociales relevantes (2001:83).
 ¿Por qué para la perspectiva crítica el currículum oculto es indeseable? En el currículum oculto se aprenden actitudes, comportamientos, valores y orientaciones, para adaptar a las personas de la manera más conveniente a las pautas de funcionamiento, injustas y antidemocráticas de la sociedad capitalista. Enseña el conformismo, la obediencia acrítica, el individualismo. En particular enseña a los niños, niñas y jóvenes de las clases trabajadoras actitudes propias de su papel de subordinación y a los niños, niñas y jóvenes de las clases dominantes las actitudes para desempeñar el rol de dominadores.
 La eficacia del currículum oculto reside precisamente en su naturaleza oculta. Si lo desvelamos se torna menos eficaz al hacerlo evidente si lo hacemos perder su carácter de oculto. Estar consciente del currículum oculto permite anularlo. Tadeu da Silva finalmente afirma que en “una era neoliberal de afirmación explicita de la subjetividad y de los valores del capitalismo ya no existen muchas cosas ocultas en el currículum. Con el ascenso neoliberal, el currículum se ha vuelto, de forma asumida, capitalista”. (2001:83).

 P.D
 Otra lectura sugeridas sobre el tema: Santomé, Jurjo. El currículum oculto. Madrid, Edc. Morata, 1995.

martes, 11 de septiembre de 2012

ARTICULO SOBRE EDUCACION POPULAR

EDUCACIÓN POPULAR: Un acercamiento a una práctica libertaria. Por Wenceslao Moro “Si se acepta lo existente y lo dado como lo que debe ser, no existe el Horizonte utópico capaz de indicar el para qué, o lo que es lo mismo, que indique el futuro a construir, se arranca a los hombres el timón de la historia en cuanto a posibilidades de inventar un futuro diferente del presente. Se puede, sí, realizar cambios intra-sistémicos que no cambian los aspectos substanciales de lo existente. Y aunque parezca paradójico, lo pretendidamente neutro, adquiere un carácter ideológico y político a favor del mantenimiento del status quo". Paulo Freire Introducción La Educación Popular es una corriente política educativa construida histórica y contextualmente en Latinoamericano. Es decir, tiene una identidad propia marcada por una realidad histórica y socio-política. La EP asume matices particulares: ya se trate de los procesos de lucha contra las dictaduras y a los proceso de democratización en el Cono Sur, el acento en lo étnico y lo indígena en los países andinos, cuando estuvo asociada a gobiernos revolucionarios como en Nicaragua o en las iniciativas de organizaciones independientes frente a los partidos políticos en las actuales democracias neoliberales. La lógica de la EP como corriente educativa y como movimiento cultural no es unidireccional ni deductiva, es decir, no hubo un momento inicial en el que se propusieron unos fundamentos, unos principios generales, unas bases conceptuales o doctrinales, desde las cuales se generaron unas prácticas posteriores. La lógica de los movimientos culturales no es esa; se habla de un discurso fundacional de la EP para referirse a los rasgos que la identifican desde fines de los sesenta hasta comienzos de los ochenta, los cuales no equivalen propiamente a una fundamentación. La Educación Popular se alimenta simultáneamente de varias dimensiones de la realidad: referentes teóricos previos, imaginarios colectivos, representaciones y valores culturales, experiencias compartidas, así como de la reflexión sobre las propias prácticas educativas. La Educación Popular se va configurando y redefiniendo permanentemente tanto en sus presupuestos como en sus prácticas. Así es que la Educación Popular asume caras diversas de acuerdo a los diferentes escenarios, temáticas y sujetos educativos. Orígenes Se puede hablar de un momento fundacional de la EP a finales de los 70, en el cual ésta llegó a convertirse en un discurso educativo y en una corriente colectiva cuyo inmediato y principal antecedente era Paulo Freire –pedagogo brasileño-; aunque él no hablara en sentido estricto de EP, sino que utiliza otras expresiones: educación liberadora, educación para la libertad, educación concientizadora, educación dialogal..., su reflexión educativa y su propuesta pedagógica influyó notablemente. Sin embargo, muchas de las prácticas que se engloban bajo este nombre comenzaron a ocurrir antes de eso. Para ser exactos, tendríamos que ubicar la EP en un conjunto de discusiones y de prácticas que se plantea la izquierda latinoamericana a partir de la segunda mitad del siglo XX. Las discusiones son difíciles de reconstruir, las prácticas, algo más sencillo. Entre ellas, está el triunfo de la Revolución cubana en 1959, que viene a repensar y desarrollar un socialismo latinoamericano, que aproveche lo mejor del marxismo, pero que a la vez cuestiona los dogmas que escapan a nuestra realidad; el surguimiento de la Teología de la Liberación, que coloca a la izquierda en el desafío de la construcción política a partir de los sectores populares y sus necesidades, esta corriente cristiana representa un verdadero dialogo con el pueblo, superando posturas a partir de las cuales éste es pura alienación, falsa conciencia, y construyendo una alternativa desde lo que el pueblo trae; y la crisis del modelo soviético, que viene a plantear la importancia de articular el socialismo con formas auténticamente democráticas de organización y lucha. En estas circunstancias históricas se fue configurando la EP, simultáneamente a otras propuestas culturales como la Investigación Acción, la Comunicación Popular, y otros campos de las Ciencias Sociales que recibieron la influencia del marxismo, con las cuales se ha venido mutuamente alimentando. Todos estos componentes históricos, culturales e ideológicos van a unirse en un enfoque común a través de las prácticas, espacios y actores. Nicaragua y la revolución Sandinistas, con sus límites y aciertos, representará el momento cumbre donde lo popular, lo revolucionario, lo socialista, lo cristiano se van a encontrar. Es en ese contexto, donde se empieza a hablar de EP más claramente. Rasgos fundacionales Una lectura crítica de la sociedad y de la educación predominante. Leer la realidad. En un primer momento, esta lectura de la realidad se hizo desde el materialismo histórico desde el cual se abordaba críticamente la injusta y conflictiva realidad, con un marcado signo clasista. Hoy, se ha ampliado el núcleo interpretativo crítico. Por un lado, el estructuralismo marxista se vio cuestionado y ampliado por otras tendencias dentro del marxismo como las provenientes de Gramsci y de la Escuela de Frankfurt. Se comienza a reconocer que no existe una única fuente desde la que se puede ser crítico. Otras corrientes, que se incorporaran a la lectura de la realidad son por ejemplo: el análisis que hace Foucault sobre el poder, etc... Abunda información: falta ideas para analizar esa información. ¿Qué es lo que está pasando con el país, con nosotros? ¿Hay injusticias o no? ¿Cuáles son? ¿Cuáles son sus causas? ¿Quiénes son los responsables? Etc.... Una lectura del mundo nos permite analizar la conflictividad inherente en la sociedad capitalista y la posición o rol que tenemos en dicha conflictividad. Si no se analiza la realidad sobre la que uno vive es muy probable que se caiga en una postura ideológica que conlleva a una práctica que adquiere un carácter de adoctrinamiento de los sectores populares. La lectura o comprensión de la realidad es fundamental para que las personas puedan desarrollar políticas. La comprensión de la realidad, parte siempre de una verdad que las personas y grupos tiene acerca de la realidad, de la sociedad en que viven. Esa verdad puede ser incompleta, distorsionada, limitada, pero existe, y es el punto de partida de cualquier proceso de formación y de lucha. Conocer para actuar, y actuar para afianzarnos en lo que nosotros podemos hacer y la indignación frente a lo que ellos hacen. "La comprensión de la historia como posibilidad y no determinismo, sería ininteligible sin el sueño, así como la concepción determinista se siente incompatible con él, y por eso lo niega... Siempre que se considere el futuro como algo dado de antemano, ya considerándolo como una pura repetición mecánica del presente, con cambios apenas adverbiales, ya porque será lo que tenía que ser, no hay lugar para la utopía, es decir, para el sueño, para la opción, para la decisión, para la espera en la lucha única en que existe la esperanza. No hay lugar para la educación, solo para el adiestramiento"  Intencionalidad política emancipadora. La política es entendida como acción liberadora. La educación busca la promoción del cambio social, en vez de la estabilidad social, es decir, es un instrumento para el cambio. Sin embargo, la EP no busca el cambio de unos por otros, es decir de explotados por explotadores, sino que busca superar dicha contradicción aspirando a una sociedad en la que no allá opresores ni oprimidos. El acento en la emancipación o liberación es que los seres humanos puedan desligarse de las dependencias que lo hacen ser "seres para otros" antes que "seres para sí". Aparece contrapuesto el concepto de liberación, como contrapuesto a una situación de no libertad, a una necesidad de ser libre, de " ser más". Esta situación, da cuenta de la situación de opresión en que viven (o mejor dicho vivimos) todos los hombres: situación que en general no es problematizada sino que es vivida como "natural" (lo cual dificulta la posibilidad de modificarla). Debido a que la realidad es opresora, y la realidad es producto de la acción de los hombres (quienes en la medida que son sujetos activos son constructores de la historia, al mismo tiempo que ésta hace a los hombres que la hacen) consecuentemente ellos, en tanto hacedores, protagonistas de la historia, son responsables de su propia liberación. Toda situación que niegue a los hombres su vocación de ser seres para sí, de ser más puede ser considerada de opresora. Y romper con esa situación es la liberación auténtica del hombre. "Nadie libera a nadie, ni nadie se libera solo, los hombres se liberan en comunión". Paulo Freire Busca contribuir en la construcción de un orden social justo que supere el actual.  La consideración de que son los sujetos populares los actores protagonistas de su emancipación. Lo popular en la EP no es un simple adjetivo, sino un sustantivo. De ese modo, lo popular en la EP tiene que ver con la intencionalidad y con el lugar social desde donde se realiza el proyecto. Con vistas a la creación de un poder popular que encarne los propios intereses de los sectores populares y no de quienes tienen intereses creados distintos a ellos. La emancipación no es una cosa que se deposita en los hombres. No es una palabra más, es praxis, que implica reflexión y acción transformadora.  Un campo privilegiado de incidencia: la subjetividad de los sujetos educativos. Esto se refiere a la concientización (en un primer momento hacía referencia a la conciencia racional de la situación), es decir un proceso educativo a través del cual se quiere lograr algún cambio en las estructuras de pensamiento, en la manera de ver las cosas y de actuar en la vida cotidiana, independientemente de que se estén tratando otros temas como ser los derechos humanos o cualquier otra área específica. En la actualidad hablar de subjetividad significa hablar de muchas cosas distintas. La subjetividad de personas integrales: nos referimos a que las personas que participan en las luchas comienzan a ser comprendidas como integrales, capaces de actuar y pensar, pero también de sentir y sensibilizarse. La subjetividad como memoria histórica: a veces, subjetividad quiere decir la recuperación de las tradiciones populares y las expresiones culturales populares. Estas constituyen símbolos de unidad, de lucha, resistencia y rebeldía frente a la cultura dominante que intenta hacer desaparecer todas estas expresiones. La subjetividad y la mística: La mística consiste en hacer que la gente se sienta bien en la lucha y a la vez, que se vivencie colectivamente el deseo de cambiar las cosas. A veces nos olvidamos que la lucha es también alegría, la alegría de quien obtiene lo que es suyo y la alegría del que levanta la cabeza y encuentra a un compañero.  Una metodología de trabajo apropiadas a las anteriores Conjunto de técnicas participativas y activas, dialógicas, dialogo de saberes, el dialogo cultural. Pone en importancia el romper con el verticalismo y el verbalismo de la educación bancaria, se busca a través de dinámicas grupales trabajar los temas, llevar el mensaje. De esta forma se busca que la metodología de trabajo no sea a partir de los objetivos previamente trazados por otros sino que se busca un dialogo y un protagonismo de todos en la formación de una idea.  Diversidad de la Educación Popular Hoy en día en América Latina, la Educación Popular es un fenómeno complejo y plural atravesado por corrientes diversas. En este apuntado lo que se busca es plantear los principales debates que se dan en torno a la relación entre la Educación, la Sociedad y la Política.  Educación y sociedad La concepción de la EP depende mucho de los a priori sobre el lugar y la especificidad de la educación dentro de la estructura social. Desde una posición –influencia de L. Althusser-, la educación es la expresión de la superestructura como parte de la ideología y como aparato ideológico del Estado. De esta manera la educación juega un papel de medio para la reproducción social del sistema. Una segunda posición –ligada al pensamiento de A. Gramsci-, postula la incidencia de la educación en la transformación social; es un espacio donde se juegan grandes tensiones sociales y políticas. Se utiliza la palabra educación como sinónimo de "proceso político pedagógico". Insiste sobre la importancia de la educación en la construcción de la hegemonía de una clase o de un bloque social sobre los otros. Existen múltiples interacciones entre las diferentes esferas de la práctica social de modo que el proceso educativo no está completamente determinado por lo económico, ni tampoco autónomo como la afirmaría una perspectiva idealista.  Educación Popular y política Dentro de una coyuntura política, económica y social basada en la desigualdad y la no participación, es engañoso pretender inaugurar unas relaciones humanas democráticas y horizontales por el solo medio de la Educación Popular; hay que pensar en una estrategia política más global. La relación entre lo pedagógico y lo político es íntima: las relaciones de saber son siempre relaciones de poder. De manera muy general, hay que por lo menos dos maneras enfocar la relación entre la Educación Popular y la política. La primera busca una acumulación de fuerzas para cambiar la situación de dominación: se pone el énfasis sobre la organización y sobre la unidad de los diferentes sectores que constituyen el movimiento popular. Aquí, la EP insistirá sobre le marco teórico, sobre la estrategia política, sobre la caracterización del enemigo. Se planteará directamente frente al Estado. El acento se da sobre un cambio socio-político inmediato, sobre la recuperación de la democracia o la insurrección; es una estrategia de asalto del Estado. Esta postura corre el riesgo de un nuevo tipo de autoritarismo ligado a un vanguardismo; la vanguardia, que supuestamente posee ya la verdad y el saber, los impone. Eso da lugar a unas prácticas que, persiguiendo los fines revolucionarios, dejan en un segundo plano a la conciencia y las posibilidades reales de los sectores populares. Así como volver a prácticas de dominación de unos sobre otros. El otro modelo insiste sobre un trabajo más lento, sobre una recomposición y un fortalecimiento de la sociedad civil. Se pone el acento sobre la organización de la base a partir del conocimiento de la realidad popular. Su objetivo es reconstruir el tejido social teniendo en cuenta los problemas de disgregación o falta de integración, sin un proyecto de integración al Estado, ni tampoco de inclusión dentro de un aparataje político preestablecido. Se pone el acento sobre la constitución del sujeto más que sobre el proyecto; la educación no está ahí directamente ligada a la política en su aspecto de lucha por el poder. Este modelo corre el riesgo de llegar un punto donde no se sabe para donde ir y no tener en cuenta la conflictividad social existente. Además del vanguardismo y de la reconstrucción del tejido social se encuentran dentro de la EP en América Latina otras tendencias ligadas a la restauración étnica y cultural y otras.  Educación Popular y su campo específico de acción o dimensión Se entiende a veces la Educación Popular como un campo específico de acción conformado por diversas prácticas educativas más o menos institucionalizadas: alfabetización, instrucción escolar, formación técnica, animación cultural, formación sindical o política, lectura y animación de textos. Otros la consideran como una dimensión educativa de las acciones y de luchas sociales protagonizadas por los sectores populares. En este caso la EP no se limita a las relaciones formales de enseñanza-aprendizaje. Hay una descentralización escolar y educativa; la educación se vuelve un espacio de producción, de intercambios y de consumo de saberes y rebasa el marco de las prácticas y de las instituciones llamadas educativas. Esta tendencia de la EP considera los acontecimientos y los procesos de cambio como unos hechos educativos; explícita el carácter formador de la práctica social. "La EP convierte la realidad y el proceso de transformación en hechos educativos en si mismos... convierte en hechos referentes educativos los triunfos y las derrotas, los avances y los retrocesos, los problemas internos y externos". Hay que tener que tener cuidado al definir la EP como un campo específico con el riesgo de perder de vista la globalidad de la realidad social y las interrelaciones entre las esferas del juego social, o, la contrario, de considerarla como la dimensión educativa de otro campo, por ejemplo el político, con el peligro de no poder reconocerle una especificidad.  Actores Sociales Durante mucho tiempo, se ha reducido la concepción de pueblo por herencia de un marxismo ortodoxo. Se pensaba que el único agente de cambio era la clase obrera, el proletariado industrial, y que los otros sujetos populares tenían un aporte en la medida en que se alineaban con esa vanguardia. Desde esta lectura clasista, lo que se valoraba era la dimensión económica de los sujetos populares de acuerdo al lugar que ocupan dentro del sistema de producción y de la división del trabajo. Pero esta concepción fue ampliándose a otros sujetos dentro del ámbito de sectores populares. El concepto de pueblo varía según la coyuntura y según las relaciones de fuerzas dentro de una formación social dada. El pueblo es un bloque de clases sociales subalternas con identidad histórica y política, cuyos intereses convergen hacia un proyecto común de liberación. El concepto de pueblo debe entenderse en su aspecto dinámico y amplio. Implican relaciones sociales pues se habla de oprimidos (en vez de pueblo), de empobrecidos (en vez de pobres) o de marginalizados (en vez de marginados). Se utilizará el término de sectores populares en lugar de pueblo, preservando así la multiplicidad y el carácter movedizo de esta realidad, la cual debe ser constantemente redefinida en función del contexto y de las condiciones económicas, políticas y culturales. Los sectores populares son el conjunto plural de los grupos sociales explotados y excluidos de la administración de poder político como de la distribución de los excedentes económicos. Son un conjunto multiforme y no organizado de la clase obrera, de los pequeños campesinos y de los agricultores sin tierra, de los indígenas y de las naciones oprimidas, de diferentes estratos de la pequeña burguesía, de los desocupados, de las mujeres dentro de una sociedad machista. Se definen según relaciones de opresión tanto a nivel económico, como de género. de raza, de edad... Los sectores populares son los primeros protagonistas de la EP. Hay quienes consideran la EP es el fruto de una producción espontánea, es decir que los sectores populares llegan a ser sujetos políticos por sí mismos identificando la EP con el saber popular. Postulan en última instancia una autoformación y autoliberacíon popular. O por el contrario, es fruto de una intervención externa, reconociendo en la práctica de la EP la presencia de actores o agentes no propiamente pertenecientes a los sectores populares. A ellos se refiere la expresión de intelectuales orgánicos. Aquí la EP consiste en acompañar y relacionar diversas formas de saber y de organización para que los diferentes sujetos que participan en un mismo proyecto de transformación social se comuniquen entre sí. Los actores o agentes externos ponen su capacidad al servicio de los sectores populares o promueven unos proyectos propios dentro de un diálogo con los principales interesados. Finalmente, puede ser que participen de la EP protagonistas ligados al Estado, a gobernaciones, a municipios. A su vez, puede desarrollarse en diversos ámbitos: partidos políticos, sindicatos, asociaciones barriales, organizaciones no gubernamentales, etc. De acá surge la pregunta sobre las fronteras de la EP. La Educación no es Popular por el sólo hecho de ser realizada por los sectores populares o estar dirigida a ellos. No basta definirla a partir de sus actores. De hecho, una educación compensatoria, elaborada y pensada para los sectores excluidos de la cultura escolar no es popular de por sí. La cuestión de saber si la EP está ligada a grupos de una determinada edad es controvertida. En un primer momento, la EP estuvo relacionado como una tarea realizado con adultos. Sin embargo, los/as niños/os están incorporados desde muy temprano a los mecanismos de explotación y opresión. Otro aspecto que se da es el reconocimiento de la singularidad e individualidad de los sujetos de la EP – educandos/as y educadores/ras, ellas/os y nosotros/as. Puesto que antes el acento estaba puesto en lo económico y lo político, sin darle mayor importancia a las relaciones humanas, las relaciones cara a cara. Pero la EP siempre trabaja con grupos, no con individuos aislados.  Finalidades La EP se sitúa dentro de las tensiones entre el individuo, el grupo social y el Estado o la sociedad; pretende influir sobre esas relaciones y transformarlas. Por lo tanto sus intensiones rebasan un marco estrictamente pedagógico. El desarrollo de la concientización no se sigue en forma lineal, porque el individuo no se encuentra privado de vínculos sociales y porque la comunidad está determinada por las relaciones de dominación social (particularmente por las relaciones de producción). La constitución del grupo no es anterior a la idea del Estado, es simultanea. Según J. Bengoa la tipología de las finalidades se basan en cuatro principios. Postula que los educandos piden cuatro cosas fundamentales a la educación. En primer lugar quieren saber quiénes son: el principio de identidad. Se interesan también por su funcionamiento individual o colectivo y por mejorarlo: es el principio de participación. En tercer lugar, los educandos buscan algún tipo de transformación individual o colectiva. Esta se puede dar dentro de la búsqueda de la movilidad o del ascenso social, es entonces el principio de modernización (desarrollo). Se puede dar también por la vía de una transformación que implique un cambio en la posición del grupo social en relación con los otros; en ese caso es el principio de cambio social. Según las finalidades perseguidas, los educandos se apegan más o menos a uno de esos principios o a las diferentes combinaciones posibles entre ellos. Dentro del contexto de la EP, la participación tiene que ver con el aprendizaje, la formación y el ejercicio de la democracia en el seno del mismo grupo. La identidad es un valor que buscan particularmente los sectores sociales desintegrados o excluidos por el sistema. Está ligada con los procesos de autoconciencia, con el énfasis sobre la cultura, con la formación de la comunidad. La modernización se refiere a la formación para un trabajo productivo, a la adquisición de conocimientos rentables que permitan un ascenso social. El cambio social es una dimensión siempre presente en la EP, aun si parece utópica dentro de una sociedad autoritaria y conservadora. El acento unilateral sobre un aspecto conlleva a diversas deformaciones. El acento sobre la participación puede llevar al populismo. El énfasis sobre la identidad hace proclive al comunitarismo o al corporativismo. El acento sobre la modernización esta ligado al tecnocratistmo. Finalmente, el acento sobre el cambio social conduce fácilmente al ideologismo.  Contenidos En sí, no es posible describir los contenidos de la Educación Popular, se encuentra entre la oferta y la demanda educativa y no posee gran autonomía. Dependen del lugar de la Educación Popular en la sociedad, de los protagonistas de las finalidades y del método. Se pueden clasificar los contenidos en función de las finalidades propuestas y ligarlos con la identidad de un grupo social, con la participación, con la modernización y con el cambio social. Los contenidos se establecen a partir de encuestas y de investigaciones que permiten a los hombres y mujeres intercambiar su respectiva visión del mundo. Es necesario que los educadores populares conozcan y se interroguen sobre la articulación entre los sistemas sociales, familiares o extra familiares de transferencia del conocimientos; sobre las relaciones entre saber y poder. La EP tiene que tomar estas preguntas en serio si no quiere funcionar como una nueva colonización destructora de los intercambios internos entre saber y poder. Muchas veces la EP funciona como enemigo cultural de los sectores populares, desconociendo el saber popular. Ya que muchos programas de EP están construidos sobre la imagen que sus responsables se hacen de los sectores populares que sobre un conocimiento profundo de la cultura y de la conciencia de éstos. El desconocimiento no asumido de la realidad del otro autoriza a percibirlo como yo quiero y actuar sobre él, transformándolo según la imagen y el horizonte que, a priori, mi conciencia eligió para él. Se hace del otro un yo. Generalmente se percibe la cultura popular como fragmentaria, descompuesta, dispersa, sin rigor lógico... como si fuera un conjunto de restos de un pasado colonizado. No se puede definir la EP a partir de los contenidos de los programas hechos en su nombre. Los contenidos no son populares en sí sino en función de los actores, de las finalidades y del método.  Metodología Cuando se pone el acento sobre la consolidación de la identidad de los protagonistas populares, de sus sistemas de valores de sus culturas... el método es prioritariamente inductivo. Busca descubrir la racionalidad que surge de las prácticas populares ligadas con la producción, la distribución y el consumo del conocimiento. Cuando, al contrario, el acento está puesto sobre el proyecto ideológico y político, el método es más deductivo. Apunta a transmitir, a explicar, a divulgar los conocimientos que los formadores juzgan mínimos y necesarios para la transformación de la sociedad. Un elemento fundamental en la metodología de la EP es el papel que juega la teoría dialéctica del conocimiento. De esta manera se apunta a partir de la práctica, o sea del saber popular, de lo que la gente vive y siente, desarrollando un proceso de teorización sobre esas prácticas, no como un salto a lo " teórico" sino como un proceso sistémico, ordenado, progresivo y al ritmo de los participantes. El proceso de teorización así planteado, permite ir ubicando lo cotidiano, lo inmediato, lo individual y parcial, dentro de lo social, lo colectivo. Considera al conocimiento como una actividad indesligable de la práctica. Es la práctica social de donde surgen los conocimientos, es en la transformación de esa práctica donde se constata la objetividad, la realidad, la verdad del conocimiento. Por ello es que si bien la práctica sirve de base a la teoría – la teoría es a su vez -, sirve a la práctica para entenderla y transformarla ... Partir de la práctica, teorizar sobre ella, para regresar nuevamente a la práctica; partir de lo concreto, realizar un proceso de abstracción, para volver de nuevo a lo concreto; partir de la acción, reflexionar sobre ella, para nuevamente volver a la acción, de ahí la lógica del proceso de conocimiento. De esta manera permite regresar a la practica con nuevos elementos que permitan que el conocimiento inicial, la situación, el sentir del cual participamos, ahora nos lo podemos explicar entender, integral y científicamente. Esta articulación entre las manos (actuar) y la cabeza (pensar) es la yunta que impulsa al carro de la historia. El núcleo del método dialéctico - acción-reflexión-acción o práctica-teoría-práctica- se ha complejizado y enriquecido con elementos como la cultura, lo subjetivo, lo particular, las estrategias de aprendizaje, de construcción de conocimientos y de valores, etc... Hay que tener cuidad de partir de un a priori ideológico. Otra cuestión es la de aplicar mecánicamente este método sin poner de relieve las tensiones que hay entre educadores y educandos.  Definiciones La historia de la Educación Popular no es lineal: no se entiende a partir de la sucesión de la substitución de un modelo por otro. Todos los diferentes modelos presentan variaciones y contradicciones internas y se encuentran imbrincados los unos en los otros. Como ya dijimos más arriba no basta que los destinatarios sean miembros de los sectores populares, así como tampoco, si esta relacionado con su participación o no en el sistema formal de educación. Implica algo más: es todo un estilo educativo diferente a aquel elitesco, reproductor del sistema social de injusticia, que genera hombres y mujeres que se amolden a la sociedad sin transformarla, sin ser agentes de cambio. El propósito es de contribuir, de ser una herramienta, un aporte a un proceso complejo y de largo plazo, constituyéndose como uno de los medios que colaboran en la construcción de una alternativa cultural y política de sociedad. "Pedagogía que haga de la opresión y sus causas el objeto de reflexión de los oprimidos, de lo que resultará el compromiso necesario para su lucha por la liberación, en la cual esta pedagogía se hará y rehará." Estableceré tres definiciones que parten diferentes tendencias, ya se trate de una definición ideológica y política, otra que pone el acento sobre una forma de autoeducación de los sectores populares, y finalmente una definición que insiste sobre la reconstrucción del tejido social. a) Entendemos por EP un proceso colectivo mediante el cual los sectores populares llegan a convertirse en el sujeto histórico, gestor y protagonista de un protagonista de un proyecto liberador que encarne sus propios intereses de clase. Para ello, la EP debe verse como parte y apoyo a un proceso colectivo mediante el cual los sectores populares, a partir de su práctica social, van construyendo y consolidando su propia hegemonía ideológica y política, es decir, desarrollando las condiciones subjetivas- la conciencia política y la organización popular- que les hará posibles la construcción de su propio proyecto histórico. (Peresson, M.; Mariño, G; y Cendales, L) b)La EP es un espacio donde las propias capas populares desarrollen (expresen, critiquen, enriquezcan, reformulen, valoricen) colectivamente su conocimiento, sus formas de aprender y explicar los acontecimientos de la vida social. Es el conocimiento que brota de la experiencia de vida y de lucha de las capas populares y que es elaborado por ellas mismas, que refuerza su poder de transformar la sociedad: es ese conocimiento que aumenta su capacidad de discernir y rechazar las reglas de dominación, y que fortalece su poder de decidir cuáles son las luchas y formas de organización más capaces de concretar nuevas reglas de vida social. (Costa, Beatriz) c)La EP entendida como educación para los movimientos sociales, tiene por objeto la recreación de las bases de sociabilidad en una sociedad dada; es, pro lo tanto, parte de un gran movimiento de transformación histórica. La educación para los movimientos sociales es un subsistema de educación programada e informal, orientando a complementar el conjunto de actividades educativas y formativas existentes en la sociedad. (J. Bengoa).Llegado al final de esta ventana hacia la Educación Popular se entiende esta como un proceso de formación y capacitación desde una opción por los sectores populares para que con ellos, a través de una acción organizada, se logre romper con los esquemas de dominación (opresores y oprimidos) con el objetivo de construir una Sociedad de Hermanos y Hermanas unidos en la fraternidad. BIBLIOGRAFÍA Boff, Clodovis. Cómo trabajar con el pueblo. Editora Vozes, Petrópolis, Brasil. 1986. Dimatteo, Javier. ¿Qué es la Educación Popular? Texto extraído de la página de Internet: http://www.geocities.com/suredpop/. Granda, Verónica Liliana. Educación Popular: una praxis liberadora. Texto extraído de la página de Internet: http://usuarios.arnet.com.ar/caminante. Freire, Paulo. La Educación en la Ciudad. Siglo XXI, Madrid, España. 1997. Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Tierra Nueva, Montevideo, Uruguay. 1970. Preiswerk, Matthias. Educación Popular y Teología de la Liberación. CELADEC, Buenos Aires, Argentina. 1995. Vargas, Laura y Bustillos, Graciela. Técnicas participativas para la Educación Popular. Editorial Lumen-Humanutas, Buenos Aires, Argentina. 1996. Varios Autores, Saber Popular y Educación en América Latina. Ediciones Búsqueda, Buenos Aires, Argentina. 1984. Varios Autores. Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas. Emece, Buenos Aires, Argentina. 2001.

1 Constructor de sueños...